Fue el 23 de julio de 2011 cuando se dio a conocer que la cantante Amy Winehouse había muerto. Su guardaespaldas, que una noche antes la había dejado en su habitación, fue quien la encontró sin vida. La causa se dio a conocer unas horas después: una ingesta de alcohol muy grande que le provocó que su cerebro dejara de enviarle señales al cuerpo para que siguiera respirando.
Para el mundo entero la muerte de Winehouse fue una sorpresa, pero también algo que se veía venir desde hace tiempo. Especialmente por sus problemas con las drogas y el alcohol que cada vez más la ponían más en los titulares de los periódicos y sitios de internet, sin embargo, nadie se imaginó que llegaría al grado de perder la vida por culpa de ellos.
Un mes antes de su muerte, la cantante dio un último concierto, uno de los más desastrozos en todo su historial y que fue el principio del fin tanto de su carrera y como de su vida misma. A 7 años de su partida, recordaremos cómo fue ese caótico día que terminó con la muerte de una de las voces femeninas más influyentes y privilegiadas de los últimos tiempos.
Durante varios años la británica lidió con problemas de adicciones, muchas de ellas provocadas y alimentadas por sus parejas sentimentales y sus relaciones personales en general. Por ejemplo, su papá Mitch culpa directamente a Blake Fielder-Civil, su ex marido y a quien conoció en 2005, de haberla sumergido en el mundo de las drogas, o al menos eso dijo en una entrevista con Vanity Fair.Con Fielder la cantante vivió una relación tóxica, gracias a la cual nació su afamado disco Back To Black, que incluye la canción “Rehab”, donde Amy habla sobre no querer ir a rehabilitación.
Con Pete Doherty, vocalista de The Libertines, las cosas no mejoraron. Lo que inició como una amistad gracias al alcohol, terminó como una de las relaciones más tóxicas en la vida de Amy Winehouse. A pesar de todo eso, las ganas de la cantante de salir de ese mundo siempre estuvieron presentes, con sus incontables idas y venidas a los centros de desintoxicación, en los que por alguna razón siempre terminaba.
Pese a todo eso su talento era innegable. En el 2008 arrasó en los premios Grammy, en los que obtuvo seis nominaciones de las cuales ganó cinco. Sin embargo, de nuevo sus escándalos con las drogas no le permitieron saborear del todo ese momento de gloria. Primero porque los rumores de una recaída sonaban en todos lados, lo que tenían a la cantante con los paparazzis encima. Y segundo porque su asunto con las drogas provocó que las autoridades de los Estados Unidos no la dejaran pasar.
Pero el momento en el que comenzó la cuenta regresiva para Amy Winehouse fue el 18 de junio de 2011. La cantante subió a un escenario en Belgrado, Serbia, donde cerca de 20 mil personas la esperaban. Tambaleándose y sin poder pronunciar bien las letras de sus canciones fue como Winehouse intentó dar su show, mismo que la gente paró entre abucheos y chiflidos. Nadie podía creer que alguien la había dejado subir a cantar en ese estado, en el que nadie sabía si estaba muy ebria, muy drogada o ambas.
Después de ese día, la cantante canceló todas las fechas que tenía programadas. Y aunque muchos tenían la esperanza de que lo hiciera para regresar limpia, eso no sucedió. Amy se hundió en un estado depresivo del que nadie pudo sacarla. Incluso en una entrevista con Daily Mail, Janis Winehouse, su madre, dijo que un día antes de que su hija muriera, fue a visitarla y se dio cuenta de que ya había tocado fondo, pero nunca se imaginó que su estado le provocaría la muerte.
Así fue como la noche del 22 de julio Amy Winehouse se fue a dormir después de haber bebido tres botellas de vodka, mismas que se encontraron tiradas alrededor de su cama cuando la hallaron y las causantes de que la cantante ingresara al nada envidiado “Club de los 27”, donde figuran nombres de otros músicos como Kurt Cobain, Jimi Hendrix, Janis Joplin y Jim Morrison, quienes al igual que Winehouse murieron en el mejor momento de su carrera y a la misma edad.
También de esa manera fue como terminó una vida llena de excesos, abandonos y abusos; como se apagó una de las promesas más jóvenes de la música, que de haber vivido en otras circunstancias probablemente seguiría brillando.
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