El proyecto se conoce como Burj Al Babas y está dirigido inversores ricos del golfo Pérsico. Según esta página web, cuando sea completado contará con 732 villas de estilo francés, piscinas, baños turcos, saunas, centros de salud, centros de belleza, parques acuáticos, un gimnasio, un centro comercial con cine y restaurantes, pistas de baloncesto, pistas de tenis y dos campos de fútbol. Además, tiene mezquita y se encuentra a dos horas de un centro de esquí.
Pero el futuro del complejo está en duda. La semana pasada, un tribunal ordenó a la constructora Grupo Sarot que se declarara en bancarrota por una deuda de 27 millones de dólares. Según Bloomberg, el grupo ya había terminado de construir 587 villas, y 350 de ellas estaban vendidas a clientes de Catar, Baréin, Kuwait, Emiratos Árabes Unidos y Arabia Saudí. Los clientes pagaron entre 370.000 y 530.000 dólares por las villas y, de acuerdo con una de las arquitectas consultoras del proyecto, pidieron específicamente el diseño de un castillo. Grupo Sarot culpa a los propios clientes de la quiebra, al no conseguir recaudar $7,5 millones en pagos a cuenta de las villas ya vendidas. Sin embargo, el grupo se muestra optimista porque “el proyecto está valorado en $200 millones” y solo necesitan “vender 100 villas para pagar la deuda”. “Creo que podemos superar esta crisis en cuatro o cinco meses e inaugurar parcialmente el proyecto en 2019”, dijo el presidente de Sarot, Mehmet Emin Yerdelen.